Tiempos de cambios en la educación

Hoy en día existen procesos de evolución que nos involucran a todos, trayendo consigo nuevas formas de ver las cosas. Toda crisis implica cambio, y usualmente somos resistentes a este, no nos gusta. Es nuestra naturaleza humana.

En la educación hemos sufrido cambios en corrientes pedagógicas en años recientes, y aún más marcado en estrategias de enseñanza en los últimos meses. A raíz de la nueva normalidad por la pandemia, el sector educativo ha tenido que modificar gran parte de su actuar, principalmente en la interacción alumno-docente, dejando así un precedente histórico en la didáctica.

 Lo anterior ya tenía elementos que funcionaban como catalizadores para nuevas formas de abordar la educación.  La globalización y la modificación de contextos locales nos hacía ya partícipes de estos cambios. Debido a la inmediata comunicación a través de redes sociales, plataformas de streaming y posibilidades de transporte más práctico los seres humanos hemos ingresado a un mundo más conectado que nos acerca en tiempo real a hechos y lugares que van formando la historia minuto a minuto. Con esto, el mundo en el que vivimos nos había ya demandado a nosotros los docentes la creación de aulas multiculturales abiertas a nuevas formas de pensar y al diálogo característico de un mundo globalizado.

Ha surgido la necesidad de formar estudiantes que puedan no solo aportar a su comunidad, sino la formación de ciudadanos de mundo. Asimismo, el contexto local evoluciona conforme la sociedad de una ciudad o pueblo lo hace.Lo que era funcional en educación hace unas décadas y ahora ya no lo es, la usual mejora que han presentado estos lugares y nuevas formas de pensar que han traído consigo la implementación de nuevas tecnologías, didáctica e idiosincrasia que parece cambiar poco a poco.

Otro agente que ha obligado a la educación a modificarse ha sido el ingreso de nuevas corrientes pedagógicas. Corrientes humanistas que priorizan el sentido emocional y humano han imperado en los últimos años en muchos centros educativos. En estas, el docente debe de forma integral ayudar al alumno a desarrollar a la par de su proceso académico sus habilidades psico-emocionales también, como por ejemplo la inteligencia emocional que le ayuda en su convivencia con el mundo social y a enfrentar la vida misma. De igual modo, el concepto de competencia ha sido adquirido y usado de manera recurrente en las praxis de las escuelas. Las competencias no son más que la habilidad misma del alumno de aplicar lo que aprende de manera integral y significativa en contextos reales. Un modelo humanista y de competencias ha sido el estandarte en la educación en años recientes.

 Todo lo anterior tiene las bases de priorizar las necesidades del alumno en el aula y ajustar el conocimiento a estas. Con base en los cuatros pilares de la educación, la enseñanza se ha modificado de forma significativa en los últimos 20 años. Las escuelas, como resultado de esto, han implementado programas de integración de padres de familia, nuevas estrategias de enseñanza, ponderación en la formación de valores, y una constante reflexión docente que ayude a mejorar el proceso de aprendizaje de los alumnos.

Vivimos tiempos de grandes cambios y retos, que, si bien han venido a alterar la forma de enseñar y a hacer más evidentes las diferencias de accesibilidad en las escuelas, nos hacen igualmente, si sabemos aprovecharlo, resilientes y nos ayudan a trazar el camino de permutación necesario para realmente vivir en este mundo de nuevas tecnologías. Nos mueven de nuestra zona de confort, guiándonos a la mejora mediante la evolución. Así, los docentes tenemos el gran compromiso de apuntar a nuevas formas de transmitir y orientar al alumno hacia el conocimiento, la creación de alumnos autodidactas, capaces de regular su aprendizaje, es la meta primordial en estos tiempos de prosperidad.

Autor: Cristian Cabañas

Mora, J. G. (2014). LA NECESIDAD DEL CAMBIO EDUCATIVO. REVISTA IBEROAMERICANA DE EDUCACIÓN. Nº 35, 13-37.